miércoles, 27 de octubre de 2010

RIOS CONTAMINADOS EN COLOMBIA

 






RIOS CONTAMINADOS EN COLOMBIA

El 90% de los ríos de Colombia, afectados por la contaminación
Todavía hay en Colombia muchos ríos y arroyos que conservan su pureza y belleza, aunque ya están amenazados, caso del Río Aracataca (foto) y otras las corrientes que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta.

El 90 por ciento de los ríos colombianos son fuente de materiales de arrastre para la construcción y están afectados por la deforestación y la contaminación orgánica.
Así lo advierte la Corporación Ecofondo luego de terminar una travesía por siete de los principales afluentes en Colombia: Amazonas, Magdalena, Atrato, Sinú, Cauca, Bogotá y Meta.
Lo grave es que se cree que esta situación puede empeorar y los ríos van a perder su profundidad por efectos del calentamiento global.

Durante más de un año, Ecofondo –corporación liderada por Juan Camilo Mira– emprendió una aventurada navegación por siete de los ríos más importantes de Colombia, para conocer su estado y su impacto en el ambiente y en las comunidades cercanas.

Y el resultado es desalentador: “Las aguas colombianas se contaminan de día y de noche por acciones irresponsables amparadas por la Ley. Los ríos colombianos son utilizados para cualquier cosa, menos para su fin natural: ser cursos del agua, fuentes de alimento, espacios de diversión”, indica Mira.

Con esta expedición se pudieron divisar muchos de los aspectos que, según los habitantes de las riberas, ponen en peligro la biodiversidad.

Según Mira, el recurso del agua aún abunda, pero con graves problemas. Los caudales disminuyen por la deforestación de cuencas y microcuencas, la desecación de los humedales y los cambios de las coberturas naturales. También es visible la gran contaminación generada por los vertimientos de aguas residuales domésticas e industriales.

“Los ríos en Colombia ya no son fuente de alimento, recreación, salud y comunicación para la gente, por el contrario, se convirtieron en solución a la miseria, alcantarillas, botadero de escombros y basuras”, asegura Mira.

Agrega que esta situación se agrava por las altas concentraciones de materia orgánica en descomposición que se acumulan en los buchones de los ríos y en sus orillas, y la inexistencia de mediciones sistemáticas de la calidad de sus aguas.

Por ejemplo, la explotación inadecuada de material de arrastre para construcción ha provocado descensos en el nivel del Río Cauca en más de un metro. Con esta disminución se va perdiendo la capacidad de dilución de sustancias contaminantes que este río posee por su cantidad de agua.

Además, se afecta la calidad del líquido vital crudo que se usa para el abastecimiento potable de una población de cerca de 2’500.000 de habitantes en la ciudad de Cali, que depende en 70 por ciento de esta fuente superficial para suplir su demanda.

El registro hecho por Ecofondo durante su travesía, da cuenta de que en los demás ríos, que también se ven afectados por esta actividad, hay disminución en la profundización de los cauces, erosión de las orillas, cambios en la morfología y aumento de la turbidez en las aguas.

Asimismo, las aguas subterráneas se están sobreexplotando, como ocurre en la sabana sucreña, al tiempo que se exponen al grave peligro de contaminación por la inadecuada disposición de residuos sólidos.

En la parte del Río Magdalena, la deforestación afecta al 88 por ciento de la cuenca. Las plantaciones de palma de aceite son vistas como una nueva amenaza, pues simplifican el paisaje a costa de la biodiversidad, según Cormagdalena.

En este mismo río, sólo el 12 por ciento del territorio es apto para la agricultura, pero su manejo es equivocado al dedicar a este oficio mucho más del límite. Además, la ganadería excesiva se acerca al 40 por ciento, provocando deforestación.

Como parte de la problemática que afecta a este río está el decaimiento de la pesca, generada por el aumento poblacional sobre la cuenca del Magdalena.

Los siguientes son los principales problemas que encontró la Corporación en su recorrido, y las quejas que recogieron de los habitantes de las zonas visitadas:

Río Magdalena
La observación y las conversaciones con los pescadores ratifican la alarmante disminución de las especies en el afluente más importante de Colombia.

Es muy fácil constatar que los peces para la venta están por debajo de la talla mínima permitida.

Hay presencia de artes de pesca no permitidas en todo el trayecto, y los esfuerzos pesqueros superan los estándares internacionales.

La disminución de la pesca en 84 por ciento en los últimos treinta años esta, sin duda, detrás del drama social en una región donde esta ancestral labor era fuente de empleo y nutrición.

Las ciénagas y ‘madreviejas’ se encuentran en franco deterioro. Esto es evidente en ciénagas como El Llanito, en donde las estaciones de bombeo del petróleo crudo vierten los desechos.

La actividad petrolera no es el único factor de deterioro de las ciénagas. Las que están cerca al río están desecadas y en ello ha incidido la introducción de las fincas.

Por esta causa y por la construcción de diques también es frecuente el taponamiento, que impide el flujo natural de las aguas.

Río Cauca
Pese a ser una de las reservas hídricas más importantes del mundo, la realidad muestra como se está deteriorando este río.

En el año 2000 la cuenca del Río Cauca recibió diariamente alrededor de 31.440 kilogramos de desechos, provenientes de los ríos Palo, Ovejas, Qinamayó y demás corrientes receptoras.

Presenta degradación de la parte alta por ocupación de las zonas de páramo en las veredas de Cajones y La Calera, del municipio de Miranda.

Contaminación por vertimientos de residuos por procesamiento de cultivos ilícitos. Problemas de disminución crítica del caudal en épocas de verano.

También hay disposición inadecuada de residuos sólidos urbanos y rurales, en especial por parte del municipio de Miranda.

La cuenca recibe importantes aportes de contaminación de origen industrial, principalmente del sector papelero y azucarero, los cuales se estima que descargan 5.687 kilogramos de desechos diarios.

Río Atrato
A los pobladores del Departamento del Chocó les preocupa la eventual explotación del arracacho para hacer papel moneda. Esta planta es el hábitat del bocachico.

Gran cantidad de materia orgánica cae al río y es arrastrada por sus aguas. El delta del río se tapona ante tal cantidad de desechos, originando la inundación de municipios enteros como Riosucio y Bocas del Atrato.

En repetidas ocasiones se ha denunciado a la compañía Maderas del Darién para que se responsabilice por cinco mil árboles de Catíos, que taponaron una de las 16 salidas del Atrato al mar.

El Departamento tiene 46.000 hectáreas, de las cuales 35.000 pertenecen a la cuenca del Atrato. De los 500.000 habitantes del Chocó, 317.000 hacen parte de la cuenca.

Río Sinú
Pérdida de la capacidad de regulación hídrica, causada por la erosión a lo largo de la ribera de los ríos y la zona costera.

Deforestación acelerada en las cuencas y microcuencas, especialmente en las partes altas.

Con respecto a la calidad del recurso, los análisis de los resultados de los monitoreos de las fuentes superficiales muestran que el río presenta índices de contaminación muy bajos.

Desde Angostura de Urrá hasta Montería el río presenta un aumento en el aporte de sedimentos, dado que la erosión hídrica superficial es mayor.

En el 2001 la Corporación Carsucre destaca los niveles altos de plaguicidas en la desembocadura del Río Sinú, donde supera el valor máximo permisible.

En el caso de la especie Bocachico –componente fundamental de la alimentación de la población asentada en sus riberas–, la construcción de la hidroeléctrica ha significando su escasez.

Río Meta
Si bien en términos generales está conservado el río, es preocupante el panorama de deforestación y megaproyectos que no le auguran buena vida.

En Puerto López se propuso como solución de fondo a la sedimentación del Río Meta la protección de la parte alta de la gran cuenca hidrográfica.

La tala indiscriminada y los agroquímicos contaminan este río.

Presenta una grave sedimentación. La solución no es su canalización para efectos de navegabilidad, sino la recuperación de la cordillera andina donde nacen sus afluentes.

En el municipio de Puerto Gaitán se ha denunciado la contaminación al Río Manacacías y al Caño Trampolín con desechos de la producción petrolera.

Las fumigaciones al arroz y los cultivos ribereños han sido nefastos para el agua, atentando contra la producción pesquera y por ende contra la soberanía alimentaria de la comunicacion.

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